El proyecto del túnel submarino que conectará España y Marruecos atraviesa una etapa decisiva tras más de cuatro décadas de intentos y estudios. Considerado una obra de ingeniería colosal, este túnel ferroviario de unos 42 kilómetros de longitud, que uniría Europa con África bajo el Estrecho de Gibraltar, ha sido confirmado como técnicamente viable por la empresa alemana líder en tuneladoras, Herrenknecht Ibérica. Este reconocimiento impulsa el proyecto hacia una posible construcción tras años de quimeras y millonarios gastos públicos.
Viabilidad técnica del túnel submarino
Herrenknecht, firma responsable de la perforación de túneles complejos como los de la M-30 en Madrid, asegura que construir este túnel es factible con la tecnología e ingeniería actuales, pese a la enorme complejidad que implica atravesar el Umbral de Camarinal, una elevación de fondo que une el mar Mediterráneo con el océano Atlántico y presenta retos geológicos y sísmicos relevantes.
El diseño contempla dos galerías ferroviarias independientes –una para pasajeros de alta velocidad y otra para carga– además de una galería de servicio para emergencias. Más de 27 kilómetros del trazado serían submarinos, llegando a profundidades cercanas a los 475 metros, con un recorrido total por tierra y bajo agua que supera los 38 kilómetros. Se estima que el túnel permitiría una conexión rápida, moderna y estratégica entre los dos continentes.
Aspectos económicos y financiación
Aunque es un proyecto complejo y costoso, el estudio encargado por la Sociedad Española de Estudios para la Comunicación Fija del Estrecho de Gibraltar (SECEGSA) pronostica un coste aproximado de 8.500 millones de euros, la mitad de la estimación previa que superaba los 15.000 millones. Este ajuste económico representa un avance significativo que podría facilitar la financiación mediante fondos europeos, especialmente los Next Generation, junto a otros recursos posibles derivados del transporte, telecomunicaciones y energía.
Durante décadas, este proyecto ha consumido fondos públicos millonarios sin que la obra se materializase, pero desde 2023 ha recibido un impulso renovado con partidas específicas para actualizar el anteproyecto y para estudiar con detalle la sismicidad y características geodinámicas del Estrecho entre ambos países. SECEGSA ha incrementado su presupuesto anual y encargado a la ingeniería pública Ineco la revisión integral del diseño, cuya entrega se espera para agosto de 2026.
Acuerdos y próximos pasos
En un impulso clave, España y Marruecos firmaron un Memorando de Entendimiento que formaliza la cooperación para analizar conjuntamente la actividad sísmica, los riesgos de terremotos y tsunamis, y las condiciones geodinámicas del terreno por donde pasará el túnel, sentando las bases científicas imprescindibles para proseguir con el proyecto.
El estudio de la galería de reconocimiento comenzará tras la decisión final, prevista para 2027, dando inicio a un proceso que incluiría entre seis y nueve años para ejecutar la galería exploratoria y validar las soluciones técnicas definitivas para la construcción. El plazo más optimista sitúa la puesta en servicio del túnel entre 2035 y 2040, por lo que no estará listo para el Mundial de Fútbol de 2030.
Importancia estratégica y tecnológica
El túnel submarino no solo representa una obra de infraestructura sin precedentes en la región, sino que también simboliza un estratégico puente ferroviario entre Europa y África, con implicaciones económicas, sociales y logísticas. Su diseño busca la máxima seguridad, eficiencia y sostenibilidad, alineándose con tecnologías actuales y futuras en tránsito ferroviario y energías verdes.
Este enlace fijo se asemeja al histórico Eurotúnel que conecta Inglaterra y Francia, y se espera que permita un flujo ininterrumpido de pasajeros y mercancías, mejorando considerablemente la conectividad y fortaleciendo relaciones bilaterales y comerciales entre ambos continentes.
En resumen, el túnel submarino España-Marruecos está hoy más cerca que nunca de ser una realidad, gracias a la combinación de avances técnicos, acuerdos políticos firmes y una planificación económica más realista y sostenible, tras décadas de análisis y optimizaciones.
