Después de dos años de intensa presión política que comenzó a principios de 2024, la Comisión Europea ha presentado un paquete de medidas que modifica uno de los pilares del Pacto Verde Europeo. En lugar de prohibir completamente la venta de coches nuevos con motor de combustión interna a partir de 2035, como se había planeado inicialmente, ahora se establece un objetivo más flexible que permite una reducción del 90 % en las emisiones medias de CO₂ de los vehículos nuevos. Esto implica que, aunque la mayoría de los coches nuevos seguirán siendo eléctricos, habrá un pequeño margen para coches con emisiones residuales, siempre que se compensen adecuadamente.
Meta de reducción de emisiones: del 100 % al 90 %
El objetivo original aprobado en 2022 establecía que para 2035 las emisiones de CO₂ provenientes de los tubos de escape debían reducirse en un 100 % respecto a los niveles de 2021, lo que significaba la eliminación total de los vehículos con motores de gasolina o diésel. Sin embargo, la nueva propuesta cambia esta meta a una reducción del 90 % en el promedio de emisiones de todos los coches vendidos en ese año, lo que equivale a una media de aproximadamente 9,5 g/km de CO₂, o un consumo medio inferior a 0,5 litros de gasolina por cada 100 km.
Aplazamiento y flexibilización a corto plazo
Además, la reducción del 55 % fijada para 2030 se pospone hasta 2032, con un límite máximo de emisiones de 42,75 g/km de CO₂ para ese año. Durante el intervalo 2030-2032, los fabricantes podrán exceder temporalmente los límites siempre que compensen esa diferencia con un rendimiento mejor al año siguiente, buscando mantener la media en esos años adicionales.
Compensaciones mediante tecnologías y materiales
El 10 % restante de las emisiones permitidas en 2035 deberá ser compensado, fomentando el uso de acero europeo con baja huella de carbono en la fabricación, lo que aportará créditos de carbono que pueden suponer hasta un 7 % de reducción en las emisiones. El restante 3 % podrá compensarse mediante el uso de combustibles sintéticos y biocombustibles. Esto refleja el compromiso de la Comisión Europea con la neutralidad de carbono para 2050, permitiendo un equilibrio tecnológico entre diferentes soluciones.
Del 100 % de coches eléctricos a una tecnología más diversificada
Bajo la norma originalmente planteada, para 2035 solo se permitiría la fabricación de vehículos 100 % eléctricos, de hidrógeno o pila de combustible, con ciertas excepciones para coches con combustibles sintéticos. Sin embargo, con la flexibilidad introducida, se admite que una pequeña fracción de vehículos híbridos enchufables o con sistemas de prolongación de autonomía pueda seguir comercializándose.
Futuro de los híbridos enchufables (PHEV) y los vehículos con extensor de autonomía
Esta modificación da un respiro a los híbridos enchufables, aunque con una orientación clara hacia modelos que puedan cumplir estrictamente con la reducción requerida, como los vehículos eléctricos con extensor de autonomía (EREV). Se está endureciendo la homologación para los PHEV tradicionales, eliminando trampas de consumo y obligando a pruebas con ciclos mucho más largos que representen consumos reales.
Perspectivas para los motores de combustión en 2035
El mercado se orienta claramente hacia los motores eléctricos. Sin embargo, los motores de gasolina —como los tradicionales Ford Fiesta o Volkswagen Golf— se vuelven inviables dentro de este nuevo esquema, debido a la necesidad de compensar sus elevadas emisiones con una gran cantidad de coches eléctricos vendidos. Por ello, estos motores se reservarán para nichos muy específicos, como deportivos, berlinas y SUV de lujo.
Vehículos eléctricos asequibles y urbanos
Actualmente, varios fabricantes están invirtiendo en eléctricos accesibles para el público urbano, como el Grupo Volkswagen con modelos como el Cupra Raval o el ID.Polo, o Renault con el nuevo Twingo y el Renault 5 E-Tech. Además, la Comisión Europea está desarrollando una nueva categoría reglamentaria para vehículos eléctricos más económicos, que puedan venderse por debajo de los 20.000 euros y que tengan dimensiones similares a turismos convencionales.
Lo que queda por decidir y los próximos pasos
El texto propuesto aún debe ser evaluado y aprobado por el Parlamento Europeo y los Estados miembros, donde podrían producirse nuevas modificaciones. Mientras tanto, las ventas de vehículos eléctricos en Europa no han dejado de crecer, con un aumento del 26 % durante los primeros diez meses de 2025, demostrando que la transición hacia la electromovilidad sigue avanzando incluso más rápido que la legislación.
En resumen, aunque la prohibición absoluta de motores de combustión en 2035 queda en entredicho, la realidad es que la electrificación será la dominante en el mercado de automóviles nuevos, apoyada por una regulación que busca combinar la sostenibilidad ambiental con la competitividad industrial y la integración de nuevas tecnologías y combustibles neutros en carbono.

