Europa flexibiliza la norma para la venta de coches nuevos de combustión en 2035
La Unión Europea ha decidido modificar su estrategia original para la reducción de emisiones en el sector automotriz. A pesar de que inicialmente se planteaba una prohibición total de la venta de vehículos nuevos con motores de combustión —ya sean gasolina o diésel— a partir de 2035, la nueva propuesta concede una excepción que permitirá que hasta un 10% de las ventas de cada fabricante correspondan a este tipo de vehículos.
¿Qué implica la reducción del 90% de emisiones para 2035?
El objetivo revisado exige a los fabricantes que a partir de 2035 consigan una reducción del 90% de las emisiones de CO₂ procedentes del tubo de escape en los vehículos nuevos. Este margen del 10% restante podrá ser compensado mediante el uso de biocombustibles y acero con bajo contenido de carbono producido en la Unión Europea, lo que abre la puerta para la continuidad de los híbridos enchufables, microhíbridos y otros vehículos con motor de combustión, aunque con fuertes restricciones.
Impacto político y comercial
Este cambio de rumbo responde a la presión ejercida por potencias industriales como Alemania, Italia y Polonia, así como por importantes fabricantes europeos que han mostrado su preocupación por el impacto de una transición demasiado rápida hacia la electrificación. Por su parte, España y Francia han expresado su desacuerdo con esta flexibilización, defendiendo un calendario más estricto para la eliminación de los motores térmicos.
La apuesta por coches eléctricos pequeños y sostenibles
Paralelamente, la UE fomenta la fabricación y comercialización de un nuevo segmento de vehículos eléctricos pequeños, asequibles y de producción local, que recuerdan a los kei cars japoneses. Estos coches tendrán una longitud máxima de 4,2 metros y un precio orientativo de hasta 15.000 euros, con la finalidad de hacer más accesible la movilidad eléctrica y reducir la dependencia de tecnologías importadas.
Regulaciones para vehículos comerciales
En cuanto a las furgonetas y camionetas más pequeñas, se ha ajustado el objetivo de reducción de emisiones para 2030: la rebaja inicialmente prevista del 50% se ha suavizado hasta un 40%, incorporando una transición menos abrupta en este sector.
Perspectivas para la industria automotriz europea
Con esta nueva normativa, los fabricantes europeos, incluyendo marcas como Audi y Peugeot, continuarán desarrollando motores de combustión renovados, aunque con una clara obligación hacia la reducción progresiva de emisiones. Sin embargo, este escenario puede beneficiarle a mercados como el chino, que mantiene un liderazgo consolidado en la producción y venta de vehículos eléctricos, lo que plantea un desafío competitivo para Europa.
Reacciones en España y Francia
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha manifestado su rechazo a la continuidad comercial de vehículos con motores de combustión más allá del 2035, y Francia también ha expresado inquietudes, promoviendo soluciones intermedias como los e-fuels, combustibles sintéticos que podrían servir de puente hacia la electrificación completa.
En resumen
La Unión Europea ha optado por un enfoque más flexible en su política de vehículos nuevos, permitiendo cierta permanencia de motores térmicos con estrictas limitaciones, y potenciando la innovación en coches eléctricos asequibles hechos en Europa. Este equilibrio busca responder a las presiones industriales y políticas internas, mientras persiste el objetivo de alcanzar la neutralidad climática en el largo plazo y no perder terreno frente a la competencia internacional.

