Las balizas V16 serán obligatorias en España a partir del 1 de enero de 2026 para turismos, furgonetas, autobuses, vehículos mixtos, camiones y conjuntos no especiales, reemplazando a los tradicionales triángulos de señalización. Este cambio busca mejorar la seguridad vial al evitar que los conductores salgan del vehículo en situaciones de emergencia y al transmitir alertas automáticas a otros usuarios de la vía.
Ventajas clave en seguridad
Las balizas V16 emiten una luz intermitente de 360 grados durante al menos 30 minutos, garantizando su intensidad lumínica. Además, cuentan con conexión a la plataforma DGT 3.0, lo que permite enviar la ubicación exacta del vehículo afectado a navegadores, aplicaciones de tráfico como Waze o Google Maps, y paneles de aviso en carretera. Esto alerta a otros conductores con mayor antelación, ayudando a prevenir accidentes.
Este sistema es especialmente útil para personas de movilidad reducida o personas mayores, ya que permite señalar una emergencia sin necesidad de salir del vehículo, si las condiciones lo permiten. La baliza se fija generalmente en el techo mediante imanes, ventosas o brazos extensores adaptados a distintos tipos de vehículos.
Requisitos técnicos y homologación
Las balizas deben contar con certificación oficial, otorgada por entidades como IDIADA o LCOE, y garantizar un funcionamiento óptimo durante un mínimo de 12 años, incluyendo protección contra polvo y agua (IP54), funcionamiento en un rango térmico de -10ºC a 50ºC, y batería con duración mínima de 18 meses. A partir del 2026, solo las balizas V16 conectadas, cumpliendo con estas normativas, serán consideradas legales. Modelos no conectados o con certificados caducados ya no serán válidos y su uso puede conllevar sanciones.
Estas balizas tienen un coste medio aproximado de 45 euros y su homologación tiene alcance europeo en los 86 países que forman parte de la Convención de Viena sobre circulación vial.
Críticas y controversias
La imposición de las balizas V16 ha generado cierto rechazo entre la población, principalmente por la falta de comunicación y pedagogía previa por parte de la Dirección General de Tráfico (DGT). Muchos conductores desconocen aún las razones y beneficios del nuevo sistema, lo que ha generado desinformación y resistencia.
El coste económico asociado, alrededor de 45 euros por vehículo, también es motivo de queja para algunos. Además, existe una polémica en torno a un posible negocio millonario detrás de la fabricación y venta, especialmente porque los impulsores iniciales fueron dos ex guardias civiles, aunque el producto ha sido valorado por su calidad y eficacia.
Las asociaciones de consumidores, como OCU y FACUA, advierten sobre la proliferación de balizas no homologadas o con fecha de caducidad oculta en el mercado, recomendando comprar siempre dispositivos certificados para evitar multas y riesgos.
Implementación y retos futuros
Para optimizar el uso de las balizas V16, la DGT debería haber implementado un proyecto piloto y potenciar una mejor integración tecnológica dentro de la plataforma DGT 3.0, facilitando comunicación directa entre vehículos y autoridades.
Se contempla además ampliar la conexión de estos dispositivos con aplicaciones de navegación populares, como Waze o Google Maps, para asegurar que la información llegue al mayor número de conductores posible, mejorando la prevención en carretera.
España es pionera en esta iniciativa dentro de Europa, siguiendo el ejemplo de sistemas como el Traffic Message Channel (TMC) ya utilizado en países como Alemania, que permite informar en tiempo real sobre incidencias a través de sistemas multimedia del vehículo.
Uso correcto y consideraciones para la seguridad
En caso de avería o accidente, se debe activar la baliza V16 y colocarla en el punto más alto del vehículo (habitualmente el techo). Si la situación es segura, es recomendable permanecer dentro del coche para evitar riesgos; en caso contrario, se debe buscar refugio protegido fuera del vehículo.
Los triángulos de señalización tradicionales requieren colocación en puntos específicos y visibilidad a 100 metros, lo que puede ser complicado en carreteras con curvas o vegetación, además de obligar a salir del coche, aumentando riesgos. La baliza V16, con su luz omnidireccional, mejora considerablemente esta visibilidad y reduce el riesgo al no requerir salir del vehículo.
Sin embargo, la fijación con imanes puede presentar dificultades en coches con tejados de materiales no metálicos, motivo por el que se están explorando soluciones con ventosas o brazos extensores, especialmente para autobuses o camiones.
Multas y sanciones
La DGT establece sanciones por no llevar la baliza V16 obligatoria o por llevar una no homologada, con multas aproximadas de 80 euros, igual que con los triángulos.
Durante la fase inicial de implantación, se prevé cierta flexibilidad en la aplicación de sanciones para facilitar la adaptación, aunque no habrá prórrogas ni excepciones legales a partir del 1 de enero de 2026.
En resumen, aunque la obligatoriedad de las balizas V16 genera críticas legítimas por su coste e implementación, representa un avance significativo en la seguridad vial. Su eficacia dependerá en gran medida de una mayor información y educación al conductor, así como de mejoras tecnológicas para integrar sistemas de alerta y conexión en tiempo real que beneficien a todos los usuarios de las carreteras españolas y europeas.

