Desde el 1 de enero de 2026, la Dirección General de Tráfico (DGT) exige que todos los vehículos, incluidos turismos, furgonetas, autobuses, camiones y vehículos mixtos, lleven obligatoriamente una baliza V-16 conectada homologada para señalar averías o accidentes en carretera. Esta nueva normativa reemplaza el uso tradicional de triángulos y de las balizas V-16 no conectadas, y su incumplimiento conlleva una multa de 80 euros.
Diferencias entre balizas V-16 conectadas y no conectadas
La baliza V-16 conectada, que será obligatoria a partir de 2026, cuenta con tecnología avanzada que emite una luz ámbar visible en 360 grados de manera intermitente durante al menos 30 minutos. Su batería tiene una duración mínima de 18 meses. Además, se conecta automáticamente con el sistema DGT 3.0, permitiendo que la ubicación del incidente sea notificada a través de aplicaciones móviles, navegadores y señales de tráfico, sin revelar datos personales ni matrícula.
En contraste, las balizas no conectadas —así como los triángulos de emergencia— solo estarán permitidas hasta el 31 de diciembre de 2025. Estos dispositivos carecen de conectividad y requieren que el conductor abandone el vehículo para colocarlos, lo que representa un riesgo mayor en situaciones de emergencia.
Ventajas en seguridad vial respecto a los triángulos
El uso de la baliza V-16 conectada mejora significativamente la seguridad al evitar que los ocupantes tengan que salir a colocar señales en plena vía. En España, cada año unas 25 personas mueren atropelladas mientras colocan triángulos. Por ello, países como Reino Unido ya prohibieron estos últimos en vías rápidas. La baliza V-16 ofrece visibilidad física mediante su luz y visibilidad virtual gracias a las alertas digitales que pueden recibir otros conductores.
Alta demanda y desinformación
Con la proximidad de la fecha límite para su uso obligatorio, las búsquedas online relacionadas con balizas V-16 han aumentado más del 560%. Muchas personas han vivido situaciones caóticas en tiendas y supermercados debido a la alta demanda y la escasa información clara sobre las características y tipos de balizas.
A pesar de la normativa, una gran parte de los conductores aún no entienden bien el funcionamiento de este dispositivo, las diferencias entre balizas conectadas y no conectadas, ni la razón de su obligatoriedad ni el coste medio aproximado, que ronda los 40 euros. Asimismo, existen numerosos bulos que han circulado, como que la baliza es inútil, inconstitucional o poco visible, los cuales han sido desmentidos por sentencias judiciales y comunicados oficiales de la DGT.
Riesgo de desabastecimiento y baja adopción en transportistas
Se estima que más de 30 millones de vehículos deben contar con baliza V-16 desde el 1 de enero de 2026. Sin embargo, la adquisición de estos dispositivos se concentra en un corto periodo, lo que genera la posibilidad de desabastecimiento. Transportistas, uno de los grupos que más circula por carretera, apenas cuentan con este dispositivo en un 10%, lo que presenta un reto adicional para cumplir con la normativa.
Homologación y recomendaciones
Solo las balizas autorizadas y homologadas por laboratorios oficiales (como IDIADA o LCOE) son válidas para cumplir la ley. La DGT ha retirado la homologación a ciertos modelos que no cumplen requisitos técnicos. Por ello, es fundamental verificar que el dispositivo incluya la etiqueta de homologación y esté conectado al sistema DGT 3.0.
Se recomienda a todos los conductores que adquieran su baliza V-16 conectada con anticipación para evitar multas y situaciones de last minute shopping. Si bien para motos no es obligatoria esta baliza, puede ser recomendable como medida de seguridad adicional. La regulación se basa en los Reales Decretos 159/2021 y 1030/2022.
Finalmente, la DGT y organismos oficiales insisten en que esta medida mejorará la seguridad vial, minimizando riesgos en caso de averías o accidentes, y que la desinformación solo dificulta su correcta implantación.
