Tesla producirá baterías en su gigafábrica europea de Berlín desde 2027
Tesla ha anunciado que iniciará la producción de celdas de baterías en su planta de Grünheide, ubicada en las afueras de Berlín, a partir del año 2027. Este paso supone un hito importante tanto para la compañía de Elon Musk como para la industria europea del vehículo eléctrico, que apuesta por el desarrollo local de componentes clave para fortalecer su independencia tecnológica, especialmente frente a China.
Contexto y estrategia europea
Mientras que Estados Unidos ha mostrado un giro en sus políticas que no favorece tan directamente los vehículos eléctricos, Europa se posiciona como un actor decidido a consolidar su liderazgo en la transición hacia la movilidad de cero emisiones. Una de las piezas fundamentales para ello es establecer una cadena de suministro propia de baterías dentro del continente.
Actualmente, la fábrica de Tesla en Grünheide ensambla exclusivamente el Tesla Model Y, importando las celdas desde sus gigafactorías en Norteamérica. La producción local de baterías permitirá reducir costes logísticos e industriales y potenciará las ventas en un mercado europeo donde Tesla ha visto una caída en su cuota durante 2025, salvo en excepciones como Noruega.
Detalles técnicos y financieros de la gigafactoría
Para adaptar la planta a la fabricación de baterías, Tesla planea realizar una inversión multimillonaria que asciende a cientos de millones de euros, con ciertas fuentes que indican cerca de 1.200 millones de dólares. El objetivo es lograr una capacidad productiva de hasta 8 gigavatios-hora anuales, suficiente para abastecer aproximadamente 130,000 vehículos al año.
Este enfoque no solo beneficia a Tesla, sino que también se alinea con los esfuerzos de la Unión Europea, que ha destinado cerca de 852 millones de euros a proyectos para la fabricación de celdas de baterías, promoviendo la autonomía tecnológica.
Retos y oportunidades para Tesla y Europa
Tesla reconoce que producir celdas a bajo coste en Europa es «casi imposible» en las condiciones actuales. Sin embargo, la compañía confía en que, de establecerse un entorno adecuado, toda la cadena de valor de la batería podría integrarse en Grünheide, fortaleciendo su posición en el mercado europeo.
Además, esta iniciativa responde a la necesidad urgente de Tesla de revertir la caída en sus ventas europeas que, durante 2025, han disminuido su cuota del 2.4 % al 1.6 %. Entre las causas de esta bajada se encuentran la creciente competencia de firmas europeas y chinas, así como retos asociados a la imagen pública y a una gama de productos percibida como poco renovada.
Impacto en el sector de vehículos eléctricos en Europa
La producción local de baterías refuerza el ecosistema europeo del vehículo eléctrico, alineándose con los objetivos de sostenibilidad y autonomía tecnológica. Este movimiento posiciona a Europa como un contendiente firme contra la hegemonía china en la fabricación de baterías, un elemento clave para la adoptación masiva de vehículos eléctricos.
Para consumidores e interesados en movilidad eléctrica, estos desarrollos abren la puerta a un mercado más sólido, con mejores opciones y una integración regional que podría traducirse en avances tanto en precio como en disponibilidad.
La necesidad de un cambio en el rumbo de Tesla en Europa
Tesla afronta en Europa un reto considerable para recuperar su liderazgo. La competencia intensificada por parte de fabricantes europeos y chinos, junto con cuestiones relacionadas con las posturas políticas extremistas vinculadas a Elon Musk y la limitada renovación de sus modelos (como el Model 3 y Model Y), explican el descenso en ventas.
Este contexto hace que la producción local de baterías no sea solo una estrategia industrial sino también un paso clave para reconquistar la confianza de consumidores, gobiernos y socios industriales en Europa.
Conclusión implícita
Tesla, con su planta en Berlín, se presenta como un aliado inesperado pero estratégico para Europa en su ambición de desarrollar una cadena de valor sólida para vehículos eléctricos. La puesta en marcha de esta gigafactoría de baterías es una apuesta a largo plazo que puede ser un punto de inflexión para la industria automotriz europea y la transición hacia un futuro más sostenible.
